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Revisar las Metodologías de Pobreza en Colombia: Un Paso Hacia la Justicia Social

En Colombia, las mediciones de pobreza monetaria y pobreza extrema han sido una herramienta clave para el diseño de políticas públicas destinadas a reducir las desigualdades económicas. Sin embargo, las metodologías actuales pueden estar dejando fuera a una parte importante de la población que enfrenta carencias significativas, aunque técnicamente no se considera pobre. Es momento de revisar estos métodos, especialmente en comparación con otros países, para garantizar que nuestras estadísticas reflejen la realidad económica de millones de colombianos.

¿Cómo se mide la pobreza en Colombia?

En 2023, el umbral de pobreza monetaria en Colombia fue de $435,375 COP por persona al mes, mientras que el umbral de pobreza extrema fue de $218,846 COP. Estas cifras se basan en el costo de una canasta básica de bienes y servicios esenciales (pobreza monetaria) y en el costo mínimo para adquirir alimentos suficientes (pobreza extrema).

Estas mediciones son útiles porque establecen una línea base para identificar a los sectores más vulnerables. Sin embargo, se centran únicamente en el ingreso monetario, dejando de lado aspectos como el costo de vida real en diferentes regiones del país y la capacidad de los hogares para acceder a servicios básicos como salud, educación y vivienda digna.

En un país como Colombia, donde las disparidades regionales son profundas, estas limitaciones resultan especialmente problemáticas. Por ejemplo, vivir con $435,375 COP al mes puede tener un impacto muy diferente en Bogotá, donde los costos de vida son altos, en comparación con zonas rurales, donde los costos pueden ser más bajos, pero el acceso a servicios básicos es extremadamente limitado.

Comparación con otros países

Una comparación con países como México, España y Chile revela que los umbrales de pobreza en Colombia están considerablemente por debajo de los niveles que se consideran en economías similares o más avanzadas:

  • En México, la línea de pobreza equivale al 69.3% del salario mínimo, mientras que en Colombia solo alcanza el 37.5%.
  • En España, el umbral de pobreza representa el 73.6% del salario mínimo, destacando un enfoque más realista que reconoce las necesidades básicas frente al ingreso laboral.
  • En Chile, la línea de pobreza se sitúa en el 49.4% del salario mínimo, un nivel también superior al de Colombia.

Esta diferencia resalta una desconexión entre el poder adquisitivo y las líneas de pobreza en Colombia, lo que podría estar excluyendo a familias que, aunque técnicamente no son consideradas pobres, enfrentan dificultades económicas significativas.

En países como Noruega y Alemania, donde se aplican mediciones multidimensionales más avanzadas, el enfoque incluye no solo el ingreso, sino también el acceso a servicios de calidad y bienes básicos. Esto garantiza que las políticas públicas estén diseñadas para atender necesidades reales, algo que Colombia podría adoptar para mejorar la precisión y efectividad de sus intervenciones sociales.

El impacto del salario mínimo en las mediciones

Una crítica recurrente a las metodologías colombianas es que no consideran el salario mínimo como un referente directo. En un país donde gran parte de la población trabaja en la economía informal y no tiene ingresos estables, el salario mínimo debería ser un indicador relevante para ajustar las líneas de pobreza.

Por ejemplo, si las líneas de pobreza y pobreza extrema se actualizaran para reflejar un porcentaje mayor del salario mínimo, podrían incluirse a muchas familias que actualmente están al borde de la pobreza pero no son reconocidas en las estadísticas oficiales. Esto no solo haría las cifras más precisas, sino que también ampliaría la cobertura de programas sociales dirigidos a estas poblaciones.

La importancia de las metodologías multidimensionales

Colombia ya utiliza el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), que mide carencias en aspectos como educación, salud, trabajo, vivienda y servicios públicos. Este enfoque es valioso porque reconoce que la pobreza no se trata solo de ingresos, sino también de acceso a derechos fundamentales.

Sin embargo, el IPM podría complementarse con una actualización de los umbrales monetarios. Esto garantizaría que las mediciones multidimensionales y monetarias estén alineadas, ofreciendo una visión más integral de la pobreza en el país.

¿Por qué es urgente revisar estas metodologías?

Actualizar las metodologías de medición de la pobreza no es solo un ejercicio técnico; es una cuestión de justicia social. Un umbral más realista permitiría:

  1. Incluir a más personas: Reconocer a las familias que, aunque superan ligeramente las líneas actuales, enfrentan carencias importantes.
  2. Diseñar políticas públicas más efectivas: Con datos más precisos, los programas sociales podrían enfocarse en las necesidades reales de la población.
  3. Aumentar la comparabilidad internacional: Ajustar las metodologías permitiría a Colombia alinearse con los estándares globales y evaluar su progreso en el contexto regional y mundial.

Impacto en las políticas públicas

Políticas como subsidios familiares, transferencias monetarias condicionadas (como Familias en Acción) o programas de empleo podrían ser rediseñadas con base en umbrales de pobreza actualizados. Esto no solo ampliaría la cobertura, sino que también garantizaría que los recursos lleguen a quienes realmente los necesitan.

Un camino hacia una Colombia más equitativa

Revisar las metodologías de pobreza en Colombia es una tarea urgente. Si seguimos utilizando umbrales que subestiman las necesidades económicas reales, corremos el riesgo de ignorar problemas estructurales que perpetúan la desigualdad. Más allá de las cifras, detrás de cada número hay personas que merecen mejores oportunidades y una vida digna.

Es hora de actuar. Ajustar nuestras metodologías no solo mejorará la precisión de las estadísticas, sino que también será un paso hacia una Colombia más justa y equitativa para todos. Un cambio en la forma en que medimos la pobreza puede ser el primer paso para erradicarla de manera efectiva.

Autor. Fernando Basto C.